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Si bien esta pregunta puede parecer simple, ciertamente está en la mente de muchos usuarios del transporte aéreo, especialmente en la aviación ejecutiva. Hay una serie de razones que explican las ventajas de la pintura, especialmente en los aviones, siendo mayoritariamente blanca y con pocas aplicaciones estéticas.
Personalización: La Elección de un Propietario
Al comprar un avión nuevo directamente del fabricante, su propietario, ya sea un operador puramente privado o una empresa de taxis aéreos, puede personalizarlo de la forma que le resulte más conveniente. Las caracterizaciones comienzan con el interior de la cabina de pasajeros, donde todos los detalles son personalizables e impactan directamente en el costo final de compra del avión.
Algunos operadores, por motivos que van desde un modelo de negocio que pretende utilizar el avión como herramienta de trabajo y productividad hasta la facilidad de vender un avión que tiene colores claros, optan por interiores más sobrios (pero no menos cómodos y refinados), valorando conectividad y elegir artículos que permitan a los pasajeros utilizar internet Wi-Fi vía satélite, por ejemplo. Otros operadores apuntan a la comodidad en viajes largos, optando por diferentes tipos de asientos, sistemas de sonido de última generación, iluminación interior con luces tipo LED con millones de posibilidades de color, además de muchas otras “exquisiteces”.
Interior y Exterior: Partes de la Misma Ecuación
Por mucho que haya modificaciones de los más variados tipos en el interior de los aviones, hay un consenso entre las aeronaves: la personalización exterior. Los aviones ejecutivos, independientemente de la categoría en la que se encuentren, ya sean jets de largo alcance, jets ligeros, turbohélices bimotores o monomotores o aviones a pistón, en su mayoría están pintados en tonos blancos. Discretas aplicaciones en el fuselaje, normalmente en colores sobrios y muy elegantes, pueden formar parte de la personalización de la aeronave. La adopción de tonos blancos ocurre por varias razones, que van desde el factor costo hasta el factor comodidad. ¿Cuáles son entonces estas razones?
Reducción de Peso
A diferencia de los aviones comerciales grandes, muchos modelos de aviones ejecutivos tienen menos capacidad de peso disponible para agregar antes del despegue. Antes de cada vuelo, la tripulación y/o un equipo de despachadores técnicos operativos realizan una serie de cálculos de peso, balanceo y rendimiento. Cuanto mayor sea el peso de la aeronave, mayor será la pista requerida para la operación y, en consecuencia, menor será la disponibilidad de peso para pasajeros, combustible y equipaje. La autonomía de vuelo también se ve comprometida, ya que más peso también conduce a un mayor consumo de combustible por hora.
Para que la ecuación no se vea comprometida, haciendo que los vuelos sean menos rentables y productivos, la adopción del color blanco es un factor clave para reducir el peso básico de la aeronave. Aplicar el tinte blanco requiere menos capas de pintura en el fuselaje, lo que hace que el avión sea más liviano. Las pinturas demasiado coloridas requieren varias capas de pintura, lo que aumenta el peso y perjudica todo el rendimiento de la aeronave.
En aviones ejecutivos de mayor tamaño como el Falcon 7X o el Gulfstream G550, se pueden necesitar hasta 150 kg de pintura blanca para completar el esquema de pintura. Si se utiliza la aplicación de tintes de colores, este peso puede incluso duplicarse. Si tenemos en cuenta que 300 kg pueden corresponder al peso de hasta 3 adultos y un niño de hasta diez años, vemos que tiene mucho sentido mantener cuadros básicos.
Discreción
Varios usuarios de aviación ejecutiva optan por usar este nicho de mercado debido a factores como la agilidad, las ganancias de productividad y la capacidad de viajar a lugares que no cuentan con vuelos regulares. Sin embargo, hay otro factor muy importante: la discreción.
Cuando un avión ejecutivo no tiene diseños llamativos, insignias y pintura, la elección del propietario ciertamente ha tenido en cuenta la posibilidad de no convertirse en el centro de atención en los aeropuertos por los que pasará el avión.
Y esto ocurre por una serie de razones: además de preservar la seguridad de los pasajeros, las características del vuelo se vuelven desconocidas para el público en general, lo que hace que incluso los negocios que se cierren sean confidenciales. Cuando se ve un avión ejecutivo en un aeropuerto, ya sea en el centro de una ciudad grande o en una ciudad pequeña, es difícil para los que están cerca saber quiénes son los pasajeros, quién es el dueño de la aeronave y, también, el origen o el destino de ese vuelo.
Facilidad de Mantenimiento
Aun pensando en la flexibilidad que permite la aviación ejecutiva, sus usuarios necesitan que la aeronave esté disponible de forma prácticamente inmediata. Aun así, no se puede descuidar el mantenimiento: cualquier operador está obligado a seguir fielmente las recomendaciones del fabricante en cuanto a sus revisiones y programas de mantenimiento obligatorios. Por lo tanto, es inevitable que el avión necesite pasar algunas semanas al año en el proceso de mantenimiento.
Cuando se adopta el color blanco, el trabajo de los mecánicos se vuelve más rápido y fácil. La identificación de fugas y corrosión se vuelve más sencilla a simple vista, e incluso eventuales problemas estructurales pueden identificarse más fácilmente. Como resultado, el trabajo del equipo de mantenimiento se vuelve más simple, rápido y económico, y el avión, en consecuencia, está menos tiempo parado en un hangar. Identificar un problema desde el principio puede evitar que la aeronave pase incluso más de sesenta días sin volar, como suele ser el caso en el mundo de la aviación.
Retención de Calor
Quizás esta sea una de las mayores ventajas de usar pintura blanca en los aviones: retiene mucho menos el calor. Por eso, la cabina del avión es aún menos incómoda cuando el vuelo se realiza para lugares con altas temperaturas, muy comunes en todas las regiones de Brasil.
El principio de retención del calor es el mismo que se ve en los autos de pasajero: si tu auto negro (o de cualquier otro color oscuro) se expone al sol durante varias horas, su interior se convertirá en un auténtico horno. Hasta que el aire acondicionado pueda enfriar a los pasajeros de manera eficiente, se necesitarán varios minutos y el consumo de combustible del automóvil también será mayor.
En un avión, esto no es diferente. Si la aeronave completamente oscura que está expuesta a la luz solar tiene su propia unidad de energía auxiliar, técnicamente llamada APU, o Auxiliar Power Unit en inglés, un pequeño motor que generalmente se instala en la parte trasera de la aeronave, ese motor deberá permanecer prendido por un tiempo. Más tiempo de funcionamiento para mantener fresca la cabina entre vuelos. Esto aumenta el consumo de combustible y, por supuesto, contribuye negativamente a la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
En aviones que no cuentan con APU, pero que están estacionados en aeropuertos o hangares con mejor infraestructura, también se puede utilizar un aire acondicionado externo específico para uso en aeronaves. Son equipos eléctricos o, en su mayor parte, accionados por un motor diésel. Asimismo, este equipo necesitará estar más tiempo en funcionamiento para mantener la cabina agradable, lo que no es económicamente interesante para el operador, además de no ser inteligente desde el punto de vista ambiental.
Ahora que conoces las principales curiosidades sobre la pintura aplicada a los jets ejecutivos, a la hora de embarcar en cualquier vuelo Flapper -ya sea en nuestros Empty Legs, o en vuelos chárter dedicados en exclusiva a ti-, seguro que todos estos detalles se observarán con más atención. En aviación, todo sucede por una razón pensada, estudiada y prevista por la ingeniería responsable del diseño y producción de una aeronave. Y todo ello elaborado con un enfoque en el eslabón final de este proceso: tú, que más que un pasajero, eres nuestro cliente.